viernes, abril 07, 2006

Sueños

Anoche me acosté muy pronto, a las 23:30 más o menos me puse a dormir. 11 horas después me he despertado. Para alguien como yo, que está acostumbrado a dormir poco no es bueno dormir tanto (duermo entre la mitad y la cuarta parte de esas horas, o si duermo más, lo hago siempre a deshora). Y claro, acostumbrado a no soñar nunca (cosa que sí suelo echar de menos) pues para una vez que sueño voy y me paso de largo.

Sueño 1

RosaPalo y yo por fin vivimos juntos en una casita. Yo estoy en la cocina, cuya planta tiene forma de triángulo rectángulo más o menos isósceles que tiene el fregadero y la ventana en la hipotenusa. Ahí estaba yo fregando los cacharros, dale que dale, cuando, por el patio se asoma una antigua compañera mía del colegio (muy guapa por cierto ;). El patio tiene forma de triángulo equilátero bastante pequeño, de forma que todas las cocinas dan a él. La cocina de mi amiga está según miras al patio, en la parte de la derecha.

Bueno, nos ponemos a hablar y de repente, una señora cuya cocina queda a mi izquierda en el piso de arriba, nos dice que hablemos más bajo. Yo, con mala leche y buen volumen le digo que se calle y que nos deje en paz, y que menos escuchar conversaciones ajenas. RosaPalo me grita desde la sala que hable más bajo, que no grite tanto. La señora responde. Mi amiga, con más mala leche y potente voz le recrimina a la señora que se vaya y nos deje en paz. Yo me callo y la discusión entre la vecina y mi amiga sigue por dos minutos, hasta que mi amiga se harta.

Se sube al fregadero, sale por su ventana, se agarra al alféizar de la ventana de la vecina de arriba, intenta subir, pero no puede y la veo caer. En ese momento me agacho tras mi fregadero, para no verla caer y me tapo los oídos. Justo cuando RosaPalo entra en la habitación y por no sé qué extraño motivo, me quito las manos de los oídos y escucho perfectamente cómo con el golpe se rompen todos y cada uno de los huesos de mi amiga. Asqueroso.

Sueño dos

RosaPalo, Libusse y yo bajamos por Portugalete. Es de noche, y las calles están anaranjadas por las farolas. Bajamos por lo que podría ser la Cuesta de las Maderas (Portugalete) pero estaba bastante arriba, como si empezase en el SABECO de enfrente de Las Cadenas. El que salía al paso un tipo grande, bastante pasado y con cara de pocas luces con un cuchilo de cocina en la mano.

Primero andaba hacia ellas, que iban delante, yo iba unos metros más atrás. Las dos se apartaban hacia un lado y el tipo se quedaba mirando. Yo les gritaba que corriesen hacia abajo, y en ese momento el tipo me mira, pone cara de cabreado y me tira el cuchillo.

El cuchillo iba recto, sin girar, con la punta por delante. La verdad es que no me daba, se desviaba por mi izquierda, pero aun así, me agaché hacia la derecha. Acto seguido me reuní con RosaPalo y Libusse y comentamos lo sucedido.

Sueño 3

Estábamos RosaPalo, alguien más y yo participando en una competición. Era un poco cutre, era en la tienda de gominolas de al lado del Haizetxo, pero sin escalón. Todo era amarillento, hasta la luz. Había que hacer unas pruebas. En la de cantar, cantaba RosaPalo y yo, con afán de competitividad me puse a hacer un dueto con ella, y al final, cuando la canción acababa con la palabra cantar, en esa última 'a' estilo 'niiuuyooooooor' la aguanté tan bien y tanto tiempo que RosaPalo me dio un mordisquillo en el cuello, a la altura de la nuez. Lo aguanté muy bien (ella no soltaba) hasta que al final se me fue la voz, pero no por culpa de ella. No obstante, el jurado, que no recuerdo quién era, decidió que había sido a causa del mordisco, y que yo ganaba la prueba de cantar.

Entonces yo salía fuera a fumarme un pitillo y a dar una pequeña vuelta (Puente Colgante y volver, ni 2 minutos) y cuando vuelvo están en la prueba de los cuentos. Hay unos 12 niños sentados en el suelo y hay que contarles un cuento. RosaPalo está en ello. Empiezo a pensar en qué cuento les cuento y entonces un organizador (no fue nadie, pero la sensación era esa, ya saben cómo son los sueños) me dijo que mi turno de cuentos se me había pasado mientras estaba fuera. La prueba de cuentos es crucial para ganar, por lo que les pido que me dejen hacerlo.

RosaPalo acaba de terminar, así que si quiero contar un cuento tiene que ser ya. Empiezo a mirar todas las imágenes de las chupitangas y chorraditas que venden, hasta que al final encuentro unos catetos de Pinocho. "¡Les voy a contar Pinocho!" Me presentan y dicen qué cuento voy a contar, y mientras lo hacen me doy cuenta de que no me lo sé entero, que es bastante lioso, y que en un alarde de originalidad (era un sueño), Pinocho se va a encontrar con el lobo de Caperucita, y les voy a ir mezclando cuentos, a ver si les gusta. Empiezo a contar el cuento.
Bueno, pues esos han sido mis 3 sueños de hoy. Sí, vale, soy carne de psicoanalista.

NOTA: hubo un día que soñé que en Futurama Zoidberg le opera a Fry y le cambiaba el pie derecho con la cadera derecha. Además el pie lo giraba hacia la izquierda 90º, con lo que cuando Fry quería andar, se daba una patada en los huevos. Y otra vez, y otra vez..

Os juro que me desperté riéndome cosa mala. Es genial despertase porque te estás riendo...

2 comentarios:

Logan dijo...

lo de fry es genial....tienes unos sueños mu raros...

Culoman dijo...

sería guay que me fichasen como guionista de Futurama por los sueños... dormiría un montón y me pagarían por ello...