Llevaba mucho mucho tiempo buscando este vídeo, y hoy ha vuelto a aparecer en una noticia enviada a Menéame. Una de las maravillas de la física cuántica (de la cuál tengo una remotísima idea y cuasi-nulos conocimientos) explicada de una de las formas más claras e inteligibles:
También me gusta mucho el Principio de Incertidumbre, mucho más sencillo, lógico y menos espectacular... Pero quizá en otra ocasión... o busquen ustedes mismos, recuerden, la cultura está a un click de distancia.
domingo, agosto 19, 2007
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1 comentario:
Acabo de llegar a este blog, la verdad, no sé como.
El vídeo es una buena introducción, pero comete una pequeña incorrección al final: el electrón no «adivina» o «intuye» que le están observando.
Los electrones son partículas con una masa muy pequeña y carga eléctrica negativa. Un ojo no puede verlos, un detector sólo podría informar de que han chocado contra él.
Lo que sí podemos hacer, en cambio, es aprovechar su carga eléctrica. Si tras la barrera situamos una fuente de luz, los electrones, al pasar, producirán un destello detectable desde fuera, y sin necesidad de tocarlos. ¿Sin tocarlos? Bueno, en realidad no. Los fotones, las partículas de la luz (que, por cierto, también tienen comportamiento cuántico) sí colisionan contra el electrón, y ahí se modifica la trayectoria.
Mmmmh, quizá debiéramos probar de nuevo, pero esta vez, usemos una luz tenue, que lo golpee con más suavidad. Pero, oh destino, todo parece igual. Los destellos tienen la misma intensidad y sigue dando el mismo patrón sin interferencia, con una diferencia: ahora, algunos electrones nos pasan desapercibidos. No producen destello. Y estos sí dan un patrón de interferencia.
Curioso resultado. ¿A qué se debe? a que los electrones desvían a un sólo fotón, y eso es lo que vemos, pero al haber menos (hay menos luz), hay algunos que no se encuentran con ninguno. Y esos sí interfieren.
¿Tenemos fotones de menos energía? Pues sí. Vamos a usarlos.
Inciso: la energía de un fotón depende de su longitud de onda (color, dentro del espectro visible). A más longitud (más rojo), menos energía. A menor longitud (más violeta) más energía. Fuera del visible, están los infrarrojos por un lado, y los ultravioleta y los X por otro. Completo.
Bien, sigamos intentándolo, con luz cada vez más roja para ver qué pasa. Y sí, llega un momento en el que logramos librarnos del patrón de interferencia. Cuando la longitud de onda e tan grande, que sólo vemos un destello que ocupa ampliamente las dos rendijas.
Para más referencias, recomiendo el libro «Seis piezas fáciles», del gran físico y divulgador Richard Feynman y concretamente el último capítulo, Comportamiento cuántico, en el que se explica todo esto maravillosamente.
¿Ha quedado medianamente claro?
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