Cuando la única diferencia entre un lunes y un martes es ver C.S.I. o House, todo se aplana y te parece estar viviendo el mismo día una y otra vez. Cada día capturo vídeos diferentes, pero es lo mismo. Cada día juego a un juego diferente (de vez en cuando toca repetir). Cada día como algo diferente. Pero todos los días parecen iguales.
El fin de semana promete, pero la oferta de actividades es bastante escasa. Cuando toca trabajar el sábado o el domingo, la iteración con el resto de días alcanza un punto crítico, y parece que por mucho que ande, no consigo avanzar.
Un mes de vacaciones no es suficiente. Para mí las mejores vacaciones son estar equis semanas en casa de RosaPalo. Pero, cuando me vaya a vivir con ella, volverán los días idénticos, en los que cada día recibe el eco del día anterior y deja un regusto gris para el día siguiente. Quedar algún día entre semana para ir a tomar algo, al cine, a un concierto, a ver una exposición... algo que dé una pincelada de color, que lo distinga del anterior y del siguiente... Pinceladas cuya marca en la retina llega a durar una semana entera... Algo, no sé...
No, no estoy deprimido, sólo un poco cansado... Quizá mañana sea diferente...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Cojonudo el post.
La vida misma en palabras.
Publicar un comentario