Buenos remedios para grandes males.

Ahora que se avecina una crisis en combustible, el Euríbor viaja en un globo sin lastre y el paro es un suflé recién metido al horno, sería buena cosa que el Gobierno comenzase a plantearse otras opciones para reactivar la economía.

Son dos asuntos que un servidor apoya desde hace mucho tiempo, y sinceramente, parece el momento propicio para llevarlos a cabo. Habrá quien se rasgue las vestiduras, quien clame al cielo y quien grite que la "reserva espiritual de occidente" ^TM se rompe, pero a grandes males, grandes remedios. Y los que les propongo no son excesivamente drásticos, sino algo que toda sociedad adulta debería haber contemplado e incorporado ya.

El primero, la prostitución. Una prostitución sana, limpia, controlada. El que dicen es el segundo oficio más antiguo del mundo (primero tuvo que haber un recolector o un cazador, digo yo) ha existido y existirá, ya que resuelve un problema inherente a la humanidad: la dificultad para acceder al sexo. Y mal que les pese a algunos, el sexo es una más de las dimensiones de la persona. Puedes tapar una olla, pero, o dejas que escape vapor de vez en cuando, o acabará estallando.

Piénselo bien: prostitutas cotizando a la Seguridad Social, trabajando en lugares que ofrezcan higiene y garantías al cliente y seguridad a las profesionales, pagando su IRPF y que emitiendo facturas con IVA. Chupar pollas no se diferencia mucho de una carrera en taxi, salvo por el taxi y por el sabor de boca que te deja. Pero en ambos casos se trata de ofrecer un servicio a cambio de un dinero. (De acuerdo, el puesto de trabajo de los taxistas no es el más seguro del mundo, pero al menos tienen pensión cuando se jubilan... en fin, todo se puede mejorar.)

Mujeres más seguras, freno al comercio de esclavos, fin del proxenetismo, servicio de calidad, ingresos para el Estado... En una sociedad adulta la legalización y regulación de la prostitución sería un logro ya realizado.

Y el otro remedio (o apaño, siendo más humilde) viene por el camino de la legalización y regulación de los derivados del cannabis. Adoptando el modelo de Holanda, ya que aquí es legal el consumo en el hogar, sólo nos faltaría las licencias y la regulación para los bares/coffe-shop y la producción/distribución. Incluso se podría añadir la venta en estancos, igual que se hace con el tabaco, con graves multas y sanciones para la venta a menores. O incluso la tipificación de ese acto como delito, si fuese necesario.

De este modo los consumidores obtienen un producto de calidad y regulado (adiós al hachís con plastilina) a un precio establecido que paga impuestos (igual que el tabaco) y genera empleo. Se calcula que en Holanda, por cada 20€ que se gasta un turista en marihuana, se deja otros 200€ en alojamiento y hostelería. Aparte de unos ingresos de 400.000.000€ que no vienen nada mal (Aquí en castellano y aquí el original en inglés. )

Quizá la España más pudorosa y reacia jamás quiera aceptar lo que debe asumir que es. Quizá intentará, como siguen intentando escudarse en la salud, la decencia y la moral. Pero cuando la economía cae en una crisis, la decencia y la moral no pagan la hipoteca.

Yo no sé mucho de economía, si alguien tiene el mesenyer del Ministro de Economía, que le mande esto para que le eche un ojo. O si tienes otra opinión, puedes decirme en qué me equivoco en los comentarios.