jueves, diciembre 13, 2007

No somos dignos

Ya ven, de vez en cuando me gusta intentar escribir. Como lo que contaba ayer. No es un relato muy elaborado, ni siquiera está profundamente meditado. Se me fue ocurriendo poco a poco, lo fui modelando, tardé mucho en ver cómo hacía el final, intenté darle un ritmo...

Y al final quedó como quedó. No se pueden pedir aceras al olmo. Pero feliz y contento, que esto es más un acto de onanismo que otra cosa, y si puedo compartir sus frutos con ustedes, pues genial... Mmmm... quizá lo de "los frutos" no queda bien tan cerca de "onanismo"... Pero me van a perdonar, se me ha gastado la tecla de borrar...

A lo que iba, que me gusta escribir. Reconozco mis limitaciones y todo eso, pero cuando uno de los grandes, Hernán Casciari, escribe algo como lo de hoy, una luz me ilumina desde el techo y por mi boca sale una estela dorada al tiempo que escapa de mí un mantra que dice: "Hernán, no soy digno de que entres en mi blog, pero una historia tuya bastará para deleitarme"

No se lo pierdan, es la madre de todas las desgracias

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