domingo, noviembre 20, 2005

La vida no es así

Ni llena de luz ni llena de color, porque por dentro estamos a oscuras. Por eso los ojos están afuera, porque a ellos les gusta leer y dentro no hay luz.

La verdad es que como organismos vivientes damos un poco de pena. Si nos comparamos con otros animales y no tenemos en cuenta la inteligencia (si lo pensamos bien, más de un 66% de la población humana no da signos de ella, luego quizá la inteligencia no sea algo representativo de nuestra especie) somos una mielda pinchá en un palo.

Para empezar, tardamos casi un año en aprender a andar. Pero es que ni siquiera eso, también hay que aprender a gatear. O sea que si naces y viene un depredador (un lobo, un león, un abogado...) no puedes ni correr ni gatear, así que dale las gracias a tu padre por cogerte y llevarte con él para que no te coma el bicho. Aunque puede que ese tipo que te ha salvado no sea tu padre, tenga unas cuantas canas y te mire con ojos golosos...

A la hora de desenvolvernos, somos más lentos, también tenemos menos reflejos, somos menos fuertes, tenemos menos pelo... O sea que somos el criajo enclenque que hay en cada clase, al que todos dan collejas cuando se aburren.

Pero hete aquí que mientras los garrulos de la clase se pelean a mamporro limpio, al enclenque se le ocurre usar su inteligencia para inventar el fuego. La receta está patentada, así que lo que hacemos ahora nosotros no es el fuego original. Ése sabía a fresa, sin embargo el de ahora sabe mal. Muy mal.

Y a partir de ahí el canijo desarrolla más inventos: la rueda

La rueda se inventó siendo cuadrada. Si cuatro patas tenían lo bichos, cuatro lados debería tener la rueda para andar. Pero la verdad es que costaba bastante, ya que el terreno no estaba preparado para ello. Así que como vio que los las esquinas daban problemas decidió reducirlas al mínimo, dejando la rueda con forma triangular. Obviamente la rueda se movió aún menos, con lo que el cavernícola se quedó desconcertado. Tal fue su desconcierto que decidió criogenizarse para que le descongelasen cuando la rueda fuese un éxito. Pero su criogenización no.

A lo que íbamos. El chavalín este que no tiene ni media hostia (uséase, nosotros) empezó a inventar cosas para defenderse de los garrulos. La verdad es que en los últimos años su tendencia ha sido la de mantener acojonados a los garrulos y cuando le apetece, expulsa a uno de ellos del patio, el cual vagará en el limbo de los garrulos extintos... Una pena, porque también es bonito ver a los garrulos en su hábitat natural, y qué carajo, que también tienen derecho a estar en el patio. Pero el enclenque dice que no, ea.

Y ahora es cuando llegamos al meollo del tema.

Resulta que el canijo se acojona ante los de Preescolar. Los de preescolar son bichitos vivos, son los que hacen el yogur, los que viven en el intestino... Y luego están los peores, los de Jardín de Infancia. Esto no son seres vivos (recuerda que una de las funciones básicas de los seres vivos es reproducirse, y éstos no lo hacen) y junto con los de Preescolar (o cada uno por su lado) pueden doblegar al canijo en un ti-tá (expresión de origen vasco que equivale a un periodo de tiempo 7 veces inferior a un santiamén)

Claro, este canijo, con su inteligencia, inventa cosas contra esos bichillos, con cierto éxito. Aun así, hay casos en los que un compañero le pasa los piojos. O lo que es lo mismo, llega la gripe aviaria... Y aun así inventa el Tamiflú, de relativa eficacia, sin efectos secundarios demostrados aún y que va a hacer que al menos un laboratorio se forre. Viva el mundo de las patentes. Yupi.

Pero da igual, hay otros criajos de Jardín de Infancia que cambian de forma cada año. Y claro, el canijo no los reconoce, y se la lían parda.

Y ahora sí, la vida no es así.

Olvidaos de esos simpáticos glóbulos rojos. Los nuestros están mosqueados, porque no tienen piernas ni brazos, y se las apañan como pueden para llevar el oxígeno y que no se les caiga. Y luego hala, a cargar con el dióxido de carbono, que pesa mucho más. Pero de ser felices y pararse por el camino a echar fotos cual turista japonés, nai de nai.

Tampoco hay células embrionarias con agudas voces de pito (sí, dentro de las voces de pito, las agudas) que digan "¡Vamos al fémur!" Tampoco hay abnegadas personillas de grasa que caminan y se dejan hacer churros por operarios. No no. En realidad las grasas se queman. Por herejes. Según ellas son más energéticas que los hidratos de carbono, pero como es más difícil obtener esa energía, pues las queman, hala. Y a blasfemar a su puta casa.

El ADN no es tan amarillo como lo pintan, ni lleva un tatuaje con una letra. Pero sus bases, a diferencia de las de cualquier otro partido político, viajan de 3 en 3. Eso sí, deben ir muy puestos, porque dan unos volantazos que... Y no sé que gomina usarán, pero que me la digan, por favor.

El viejillo ese de barbas que duerme en el cerebro no es más que el funcionario que todos llevamos dentro. Duerme, duerme y duerme. Mientras ocupa un cargo de gran responsabilidad y para el cual hay que estar muy cualificado. Pero él duerme. Y claro, entran los malos, atacan al hígado y luego él se sorprende y activa los mecanismos de emergencia más drásticos que tiene. Por ejemplo, la fiebre.

Todo esto viene a cuenta de un catarro que tengo desde hace unos días. La fiebre aún no me ha subido. Sube Inditex, pero mi fiebre no, ¿por qué? Pues porque la fiebre devalúa el producto (uséase, yo) y nadie confía entonces en mí, ni en mi fiebre. Si la fiebre me hiciese más listo y más guapo (y me diese esos 2 centímetros que me hacen falta para llegar al medio metro) todo el mundo compraría mi fiebre. Y entonces yo no la vendería sino que especularía con ella y me haría rico, rico, RICOOOO!!!!...

*¡Coooorten!¡Culoman, que no sobreactúes, joder!*

Sí, perdón. Bueno, a lo que iba. La fiebre no es un arma de defensa, sino de engaño. Con la fiebre lo que hace el cuerpo es decirle a los viruses (del singular viruse) "Mira, tío, vaya mierda de cuerpo, que está todo pocho. ¿Aquí te quieres quedar?" Y el virus que no posee inteligencia (en algo nos parecemos) se lo cree y se pira a una agencia inmobiliaria (claro ejemplo de su falta de inteligencia) a que le busque otro organismo que habitar, aunque al precio al que están... Así, como cobardes gallinas, capitanes de las sardinas, conseguimos librarnos de críos de Jardín de Infancia que podrían ser letales. Y con la frente muy alta, ¡viva Perejil! Manda güevos...

La tos sí que ha ha llegado. La tos tiene la misma capcidad que los teleoperadores (según decía algún blog): es capaz de sacar lo peor de ti mismo, y que me perdonen los teleoperadores (a algunos de ellos los leo asiduamente y me encantan, y tenéis sus links aquí a la derecha, actualizados)

La función principal de la tos es aumentar tu nivel de "jodición". Te jode cuando vas al cine. Te jode cuando le vas a dar un beso a tu novia. Te jode cuando quieres cantar. Te jode cuando quieres dormir. Te jode cuando hablas con alguien. El único momento donde no te jode es cuando jodes, con lo cual queda demostrado que su función es elevar el nivel de jodición (o jodicionamiento para los lectores más allegados a la RAE, como yo) cuando éste sea bajo.

Pero la tos no viene sola, no, viene con flemas bajo el brazo, para tí todas. Y vas tú, que se supone que eres inteligente, y te las tragas. Y claro, luego hay que echarlas. Si echas mocos se te seca la nariz en menos que canta un gallo (16'3 titás) pero las flemas... Las flemas me hacen preguntarme cómo soy por dentro. ¿Cómo es posible que mi cuerpo, que se cuida a sí mismo (yo soy mu vago como para llevar su mantenimiento) cree esas cosas? Joder, si de pensarlo ahora mismo me están dando náuseas...

En la medicina de la Europa medieval, había cuatro fluidos o "Humores" que existían en el cuerpo humano. Estos humores producían buena salud cuando estaban en balance adecuado y varios desórdenes físicos y mentales cuando estaban fuera de proporción. O sea, que o los pillas de buen humor o la has pifiado <TELEPROMOCIÓN> Chiste fácil patrocinado por Anuncios Pascual: si quiere ver una mierda de anuncio, ¡no se pierda los anuncios Pascual! </TELEPROMOCIÓN>

De ahí las sangrías, que están muy muy ricas, pero como quien dice, cuestan sangre, sudor y lágrimas. Los humores se relacionan con los 4 elementos clásicos de los griegos:

Bilis Amarilla = Fuego
Sangre = Aire
Flema = Agua
Bilis Negra = Tierra

Y claro, de echar tanta flema te entra una sed que lo flipas. Además, la flema se generaba en el cerebro, con lo cual estoy perdiendo masa cerebral a un ritmo muy acelerado, pero bastante corto en comparación con los txunteros que se van de macrodiscotecas.

Ahora mismo me acabo de hacer una coleta, porque viendo las flemas que echo, no quiero que me den en las greñas. Con los estornudos parezco Guybrush Threepwood en Monkey Island 2. Y me ha caído una en la sábana. Yupi.

En fin, siento haber sido tan explícito en algunas cosas. Pero teniendo en cuenta que esto lo escribo al final y no he avisado al comienzo, se podría deducir que realmente no lo siento. Y sería verdad. Es que a veces a uno le entran ganas de dar asco a los demás, porque con este catarro a mí mismo ya me doy bastante.

Enga! ;)

PD: lo mejor de los catarros no es dar asco, sino dar pena, porque así te hacen mimitos ^_^

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