Ahora mismo estoy trabajando en la edición de un vídeo de fontanería que grabé (creo que ya os lo he comentado algunos cientos de veces) y andaba yo aquí editando, cuando veo un plano que en cierto punto se mueve. Esa parte no me sirve, y ¿cómo continúo?
Muy sencillo, se trata de un truco de montaje propio del principante más novato, pero me maravilla. Por corte con otro planos diferente. En el plano inicial, antes de moverse, una mano baja una llave de perro que aprieta un codo de acero. En el siguiente plano, la misma mano, pero bastantes segundos después realiza el movimiento contrario, hacia arriba.
El resultado es perfecto y engaña al ojo sin problemas. Al verlo me he dado cuenta de lo bien que funciona el engaño, repetido hasta la saciedad en miles de obras audiovisuales. Entonces mis labios se han torcido en una pequeña sonrisilla diabólica, y una vocecilla me ha dicho en mi cabeza "Me encanta esto..."
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1 comentario:
Pues sí que somos fácilmente manipulables.
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